El adelanto de la maduración de la uva por el aumento de la temperatura global debido al cambio climático, ha sido progresivo e ininterrumpido, lamentablemente.
Este adelanto sin precedentes nos empezó a forzar a vendimiar bajo unas temperaturas que oscilaban entre los 30º y los 40º al sol… Afectando en enorme medida a la calidad de la uva.
Adaptándonos a este cambio climático, hace unos años que decidimos probar la vendimia nocturna a máquina, ya que el clima de nuestra zona es muy especial, habiendo un gran salto térmico entre el día y la noche de hasta unos 20 grados.
La vendimia nocturna a máquina nos permite recoger la uva a bajas temperaturas de unos 15-20º en cortos períodos de unas 2-3 horas, comparados con los 35-40 grados durante 6-8 horas de la vendimia a mano diurna.
Al realizarla en remolques pequeños de 2000 kilos, a baja velocidad e intensidad, la uva llega mucho más entera y fresca, evitando su exposición a temperaturas altas prolongadas que pueden llevar al inicio de fermentaciones descontroladas en el propio remolque.
También con el calor, la piel de la uva se vuelve más fina y sensible, por lo que vendimiar con temperaturas bajas previene la rotura de los granos, evitando así su oxidación.
Son muchos muchos años de experiencia, de probaturas y errores de todo tipo (con vendimias a mano con plantillas pequeñas, grandes, cortando a horas tempranas, en cajas, en remolques grandes, en pequeños…) Y es bajo las circunstancias climáticas de hoy en día, que la vendimia nocturna es la técnica que más se adecúa a nuestros estándares de calidad. Eso sí, siempre dispuestos a seguir probando e innovando para mejorar y evolucionar con los tiempos.
Una de nuestras premisas, es precisamente la de combatir ese cambio climático, ya que como se está demostrando poco a poco, es a través de prácticas sostenibles y técnicas de agricultura regenerativa, que podemos llegar a revertirlo. El futuro depende de lo que hagamos hoy.